Este proyecto se transmite a través de sus fachadas, con dinamismo, delicadeza y elegancia. Se trata de una fachada de hormigón ejecutada de forma escultórica, con la precisión que sólo la impresión 3D es capaz de alcanzar.

En esencia, el edificio se define como un gran telón para el escenario central de la vivienda. Se trata de la envolvente que se pliega y se curva como una gran cortina tendida al viento. Es allí, en los pliegues de la envolvente, donde se genera un diálogo especial entre interior y exterior.

Frente a los planos rectos, formas sinuosas y elegantes. Frente a la orientación del edificio, diversos encuadres al paisaje. Frente a la rigurosidad de los elementos constructivos tradicionales, la libertad del hormigón impreso por adición. Frente a los ambientes rígidos, espacios fluidos.

Desde el exterior, el edificio es el telón de fondo donde se proyectará el paso del tiempo y la actividad de la vivienda bajo una gran sombra que dibuja su perfil sinuoso sobre el hormigón blanco. Mientras, en el interior los espacios son sencillos y luminosos, siempre con una rendija desde donde asomarse al exterior. Cada estancia, cada espacio y cada rincón tienen un tratamiento especialmente diseñado para participar del paisaje y sentirse parte de él, del cambio de las estaciones, del paso del día, de los reflejos y de los encuadres que propone la fachada.

Pensar en una fachada es pensar en un elemento que separa y limita, con las garantías energéticas y constructivas de mantener un interior confortable. En este edificio la fachada es a su vez una silueta, un escenario, un camino, una oquedad, un ritmo y un silencio.